
Últimamente se recurre mucho a la historia del Apolo 11, cuando en este viaje espacial se realizó una fotografía de la Tierra desde la Luna y esa foto impactó seriamente en la población pues ver nuestro planeta desde el espacio hizo comprender a mucha gente que tenemos una Tierra única en el universo, que estamos más solos de lo que podíamos pensar, perdidos dentro de un inmenso mar oscuro donde este frágil planeta resplandece lleno de vida. Ahora yo os quiero mostrar otra fotografía también muy importante para nosotros y que puede hacernos pensar un rato, me gustaría que la observarais con atención, pues es la foto de nuestra Península Ibérica desde un satélite de la NASA. Picad dentro de la foto con el ratón y podréis verla ampliada, como podéis observar nos llama la atención el colorido de la fotografía, las tonalidades verdes corresponden a las zonas más húmedas del norte y noroeste y escasamente a algunos sistemas boscosos de montaña, pero en la mayoría de este mapa destacan los tonos ocres, esa es la gran España seca, un erial a los pies de la verde Europa. Hemos de darnos cuenta de que nos encontramos inmersos ya en un cambio climático que afectará a toda la Tierra dejándose sentir severamente dentro de unas pocas décadas, seguramente las lluvias se van a ir haciendo más escasas y puede que en muchos lugares empecemos a tener verdaderos problemas reales con el abastecimiento de agua. Si ahora mismo ya tenemos conflictos entre regiones por el tema del agua, esperad un poco y ya veremos lo que puede ocurrir más adelante, no creo que nada bueno. Los acuíferos subterráneos bajarán de nivel y nos será más difícil captar el agua, estos acuíferos se recargan lentamente a través de las lluvias que son captadas por los bosques y retenidas, actuando como una esponja, hasta que lentamente se van filtrando al terreno para formar así los manantiales, ríos y aguas subterráneas. Sin bosques las lluvias suelen filtrarse muy poco en el terreno, mucha del agua que cae corre rápidamente sobre el terreno arrastrando la capa fértil y erosionándolo, además mucha de esta agua se evapora rápidamente en un terreno sin sombra alguna ni mantillo orgánico que retenga la humedad, así pues los bosques frenan la fuerza de la lluvias y protegen el terreno amortiguando las grandes avenidas repentinas y frenando las inundaciones.
Una España sin bosques es cada vez más una España sin agua, las lluvias van perdiendo frecuencia en nuestro país y cuando llueve suelen ser tormentas más fuertes que las de antaño, con trágicos episodios de inundaciones para muchas poblaciones.
Esta es una fotografía para reflexionar sobre la España que tenemos y la que podríamos tener si quisiéramos de verdad, si nos pusiéramos manos a la obra e intentáramos cambiar los tonos ocres por verdes reforestando amplias zonas de la Península combatiríamos al cambio climático y la desertificación asegurándonos las reservas de agua para el futuro. Todo está en nuestras manos, solo nos queda elegir un camino u otro.